Parece ser que en septiembre, nos da el síndrome de «nostalgia anticipada» (cual causa millones de víctimas cada año en los países del hemisferio norte) (una verdadera carnicería). Es decir que aunque el verano, las vacaciones, los atardeceres a las 10 de la noche y el sol no se han ido todavia, los vamos extrañamos de antemano.
Mi sistema de autodefensa contra este terrible fenómeno comenzó el año pasado, cuando de repente me di cuenta de que las golondrinas habían entendido todo en la vida. Irse al inicio del invierno para regresar como una flor en plena primavera es la mejor idea que el ser humano no haya inventado. Desafortunadamente, soy un poco más dependiente de los ingresos financieros que las aves migratorias (solo un poco), así que no puedo pasar mi turno todos los años (ojalá!).
Sin embargo, como decidí reducir los efectos del síntoma mencionado anteriormente, decidi irme a un lugar rico en vitamina D para prolongar la sensacion de verano lo mas posible. Como me gustan las ciudades sin ningun encanto, elegí Barcelona.
Si el destino te llama la atencion (si no te atrae, tengo una foto para convencerte), podemos hacer el camino juntos;) Todavía hay espacio en mi 4×4 de las futuras publicaciones y alguien dijo que en cuanto más eramos, más nos reímos.
Imagina un poco … vivir en el sol, ir todos juntos Y reirnos al mismo tiempo. Ya me dio nostálgia por anticipación.